Sofía, la capital de Bulgaria, es el epicentro cultural y artístico del país, con gran cantidad de museos y galerías, entre ellos el Museo Nacional de Historia, la Galería de Arte Nacional y el Museo de Arte Socialista. Dispone de abundantes parques, como el Jardín de Boris, y con un ambiente diurno y nocturno muy animado.
Elegante y relajada, Sofía sorprende a sus visitantes permanentemente: la presencia de ruinas romanas en el vestíbulo de un hotel de lujo y los espectaculares platos de cocina libanesa nunca pasan desapercibidos.
La fusión es otro de los rasgos de esta capital soberbia, que junto a una impresionante colección de iglesias cristianas acoge la Sinagoga de Sofía, el segundo mayor templo sefardí de Europa, y la mezquita de Banya Bashi. Una estación de esquí a media hora del centro, decenas de piscinas exteriores climatizadas y multitud de eventos artísticos completan lo mejor de Sofía.
Desde 1911, este edificio neorrenacentista con elementos decorativos neobizantinos y neobarrocos acoge el Mercado Central (también llamado Halite) que, pese a haber perdido algo de encanto tras las restauración del año 2000, presenta un atractivo ajetreo diario.
La catedral ortodoxa búlgara de Santo Domingo parece remontarse al siglo X, aunque fue destruida en varias ocasiones por diferentes accidentes, entre ellos un terremoto. Así, un atentado con bomba en 1925 dirigido al zar Boris III, quien no murió pero sí otras 128 personas, obligó a una reconstrucción casi completa en 1950. No dejes de admirar, en su interior, el iconostasio de 1865.
Sofía es uno de los centros culturales más activos de los Balcanes. Desde las sensibles actuaciones de la Semana de la Danza de Sofía hasta el impacto musical del festival Sofía Rocks, pasando por los refinados placeres intelectuales de la Semana de Arquitectura, esta ciudad siempre programa eventos multidisciplinares de talla mundial.
Sofía presume de contar con una estación de esquí dentro de sus límites urbanos. Modernas, cercanas y muy estimulantes, las pistas del monte Vitosha son las más populares de Bulgaria.
Para muchos visitantes, Sofía sigue simbolizando un pasado de fronteras cerradas, Guerra Fría y un gran Telón de Acero. Si te interesa el pasado comunista de la ciudad, acude al Museo de Arte Socialista, pasea por las zonas características de la década de los cincuenta y encuentra recuerdos de esa época en mercadillos como el de Bitaka.
La catedral de San Alejandro Nevski es uno de los templos ortodoxos orientales más imponentes del mundo. Edificada el siglo pasado para homenajear a los 200 000 soldados que murieron en la guerra ruso-turca, se caracteriza por su estilo neobizantino -cúpulas altísimas, un vasto y ornamentado interior y notables mosaicos-. Tras visitarla, camina hasta la Universidad de Sofía y la Galería Nacional de Arte, ambas muy cercanas.
Pasear o recorrer en bici este recinto ajardinado es una delicia. Fue construido en 1884 por orden del zar Boris III, se rebautizó como Parque de la Libertad en el periodo comunista y ha recuperado su nombre inicial actualmente. A los búlgaros les encanta relajarse y convivir al aire libre, por lo que siempre está lleno. El puente de las Águilas, el auditorio exterior, la torre de la televisión, el Estadio Nacional Vasil Levski, la inmensa zona infantil de juegos, el monumento soviético y el lago Ariana figuran entre sus atractivos.
Este museo, el más grande de Sofía, reúne centenares de objetos y hallazgos, tanto históricos como prehistóricos. Se trata de un centro de investigación que proporciona interesantes respuestas a sus visitantes. Además, los aficionados a los museos tienen mucho donde elegir en esta ciudad: el Museo Arqueológico Nacional y Muzeiko son grandes opciones.
Este imponente edificio rodeado de verdes jardines es el auténtico símbolo de Sofía. Además de impulsar la cultura búlgara, destaca por su diseño futurista en blanco y negro, el cual se proyecta sobre un largo espejo de agua.
La elegancia y la solvencia cultural de Sofía no deben confundirte. Por la noche, si sabes elegir, esta hermosa ciudad se transforma en un lugar perfecto para socializar, conocer gente interesante, bailar y disfrutar hasta el amanecer. El distrito de los estudiantes, conocido como Studentski grad, es un punto de partida imprescindible para la diversión. Entre las discotecas y pubs más atractivos, destacan Yalta Club -uno de los decanos-, Club Chervilo, Briliantin Disco Bar y Sin City se llevan la palma.
La catedral de San Alejandro Nevski es uno de los templos ortodoxos orientales más imponentes del mundo. Edificada el siglo pasado para homenajear a los 200 000 soldados que murieron en la guerra ruso-turca, se caracteriza por su estilo neobizantino -cúpulas altísimas, un vasto y ornamentado interior y notables mosaicos-. Tras visitarla, camina hasta la Universidad de Sofía y la Galería Nacional de Arte, ambas muy cercanas.
Pasear o recorrer en bici este recinto ajardinado es una delicia. Fue construido en 1884 por orden del zar Boris III, se rebautizó como Parque de la Libertad en el periodo comunista y ha recuperado su nombre inicial actualmente. A los búlgaros les encanta relajarse y convivir al aire libre, por lo que siempre está lleno. El puente de las Águilas, el auditorio exterior, la torre de la televisión, el Estadio Nacional Vasil Levski, la inmensa zona infantil de juegos, el monumento soviético y el lago Ariana figuran entre sus atractivos.
Este museo, el más grande de Sofía, reúne centenares de objetos y hallazgos, tanto históricos como prehistóricos. Se trata de un centro de investigación que proporciona interesantes respuestas a sus visitantes. Además, los aficionados a los museos tienen mucho donde elegir en esta ciudad: el Museo Arqueológico Nacional y Muzeiko son grandes opciones.
Este imponente edificio rodeado de verdes jardines es el auténtico símbolo de Sofía. Además de impulsar la cultura búlgara, destaca por su diseño futurista en blanco y negro, el cual se proyecta sobre un largo espejo de agua.
La elegancia y la solvencia cultural de Sofía no deben confundirte. Por la noche, si sabes elegir, esta hermosa ciudad se transforma en un lugar perfecto para socializar, conocer gente interesante, bailar y disfrutar hasta el amanecer. El distrito de los estudiantes, conocido como Studentski grad, es un punto de partida imprescindible para la diversión. Entre las discotecas y pubs más atractivos, destacan Yalta Club -uno de los decanos-, Club Chervilo, Briliantin Disco Bar y Sin City se llevan la palma.
La comida búlgara combina deliciosamente ingredientes de varios países y continentes, especialmente kebabs turcos y platos con patata de la Europa oriental. En Mehana Karajata puedes degustar la auténtica comida búlgara, pero si prefieres la cocina internacional, las pizzas de Godzilla y la pasta de Spaghetti Kitchen te enamorarán. Una comida por todo lo alto no te costará más de 15 лв por persona.
Entre mayo y septiembre encontrarás buen tiempo y menos aglomeraciones, especialmente en los dos primeros meses. Las temperaturas máximas, en esta época, se sitúan entre los 20 y los 25 ºC. Si quieres esquiar, el invierno es tu opción, eso sí, con temperaturas medias de entre -1 y 3 ºC.
Lo más frecuente es llegar al aeropuerto de Sofía (SOF), localizado a unos 10 kilómetros al este del centro, desde Francia, Reino Unido o Alemania. Una vez allí, podrás trasladarte en metro desde la terminal 2, donde el precio de un billete individual es 1,60 лв, exactamente igual al de un billete en bus. La otra alternativa es desplazarte en taxi por unos 15 лв.
Sofía suele recibir numerosos trenes internacionales, muchos con conexiones directas desde Berlín, Estambul y Moscú. La estación principal se sitúa a menos de 2 kilómetros del centro, pero incluye una estación de metro, por lo que trasladarse a los alojamientos céntricos nunca es complicado.
Si viajas desde Estambul, deberás utilizar la autopista E-80 turca, que se convierte en la A-4 al atravesar Bulgaria, y después cambia a la A1 en Parvomay. Esta misma vía, la A-1, enlaza Sofía con los centros turísticos del mar Negro. Si conduces desde Belgrado, deberás usar la E-75 de Serbia y cambiar a la E-80 en Nis, la cual cruza la frontera en dirección Sofía.
Esta ciudad cuenta con numerosas conexiones de autobuses interurbanos e internacionales, especialmente gestionados por Eurolines y MATPU. Así, es posible comprar billetes baratos para viajar a Sofía desde Belgrado, Berlín, París y otras capitales europeas. Los servicios internacionales siempre llegan a la estación central de autobuses, situada junto a la de trenes. Si te interesa, un viaje desde Moscú a Sofía, con ECOLINES, cuesta 232,50 лв.
1. Zona Centro está llena de lugares atractivos, especialmente alrededor del bulevar Vasil Levski. La gran catedral, la Galería Nacional de Arte y otros sitios menos convencionales, como los Baños Centrales de Sofía, ideales para relajarse en un spa terapéutico, figuran entre ellos.
2. Lozenets se localiza justo al sur de la zona más céntrica de Sofía. Destaca por la abundancia de zonas verdes y relajantes. Además de ser un enclave residencial preferente para multitud de estudiantes , incluye el Jardín de Boris, está muy bien conectado por metro, es una zona segura y acoge restaurantes estupendos, con Captain Cook y Niagara.
3. Izgrev ocupa el otro lado del Jardín de Boris. Su nombre significa "Amanecer" y ha sido una zona muy frecuentada por artistas, creativos y diseñadores, que actualmente se ha convertido en uno de los vecindarios más exclusivos de la ciudad. Aquí se encuentra la torre de televisión Borisova gradina, el complejo deportivo nacional Diana, el Park Hotel Moskva y buenas conexiones de movilidad.
La excepcional red de metro de Sofía se ve reforzada por autobuses y tranvías que llegan a la mayoría de los barrios. Todos ellos cuentan con una tarifa común de 3,47 лв por billete sencillo.
Los taxis en Sofía son económicos y muy visibles, gracias a sus llamativos letreros amarillos. La bajada de bandera cuesta entre 0,60 y 0,90 лв, a los que se añaden 1,40 лв por cada 1,6 kilómetros adicionales. Esto significa que, en general, un recorrido dentro de la ciudad sale por unos 10 лв.
Un coche de alquiler es perfecto para desplazarse hasta las montañas circundantes, sobre todo si llevas tu propio equipo de esquí. Puedes alquilar en Hertz, NAYcar, AutoJet y otras sucursales, tanto en la ciudad como en el aeropuerto. El precio es asequible: unos 18 лв diarios.
Sofía ofrece centros comerciales de lujo, pero el bulevar Vitosha es el destino de compras más divertido, pues acoge tiendas de moda como Max Mara o Takeshy Kurosawa, joyerías como Swarovski y abundantes cafeterías. Si te gustan las gangas, Zhenski Pazar es uno de los mayores mercados exteriores de Europa.